Un día de las madres de vuelta a la “normalidad”
En las últimas dos celebraciones del Día de las Madres cientos de madres no pudieron ver a sus hijos e hijas ya que, debido a la pandemia, las visitas a los centros de detención estuvieron canceladas o muy limitadas en México.
Para una madre es muy difícil realizar las actividades cotidianas cuando sabe que su hijo se encuentra muy lejos de ella. El trabajo se vuelve cansado y tedioso, se prepara la comida sin gusto, se arregla el hogar sintiendo un vacío muy grande y no se celebran las festividades con el mismo ahínco.
Ser madre de una persona adolescente en detención es algo muy complicado de manejar, incluso sin una pandemia. Las madres de estos adolescentes mantuvieron el contacto con sus hijos solamente mediante videollamadas durante dos años, sin saber las verdaderas condiciones en las que vivían sus hijos, si pasaban hambre o frío, si sentían miedo o tristeza.
Afortunadamente la situación ha cambiado mucho en los últimos meses y los casos de contagio se han reducido drásticamente. En algunos centros de detención ya se han instaurado las actividades normales.
Usar un cubrebocas y usar gel antibacterial es un precio muy bajo a pagar para estas madres si ello significa poder ver a sus hijos en persona, abrazarlos y decirles lo mucho que los quieren y que en casa los esperan a su salida.
El amor y la empatía son el primer paso para que un adolescente retorne a la sociedad de manera positiva.
En el CERSAI de Chihuahua el domingo pasado 17 madres tuvieron la oportunidad de convivir con sus hijos durante un evento del Día de las Madres. JJI les proporcionó decoraciones, flores, pastel y un show de payaso a estas madres y sus hijos. Todos convivieron en un evento lleno de amor y risas. Algunas madres viajaron desde las afueras de la ciudad, nada les impediría participar en este evento con sus hijos.
El equipo local de JJI se sintió muy feliz de poder otorgar un espacio a estas familias para poder expresar su cariño. En JJI comprendemos la gran importancia que tienen estas actividades pues ayudan a reparar el núcleo familiar, permitiendo a los adolescentes sentirse acompañados y queridos por sus padres, incluso en las circunstancias más difíciles de sus vidas. Nos sentimos muy afortunados de poder ser parte de estos momentos en las vidas de estas familias y ser el puente para que una madre pueda ver de nuevo a su hijo.
A veces un abrazo de mamá lo repara todo.
Si quieres ayudar a que más madres puedan visitar a sus hijos e hijas, dona hoy y apoya nuestras Reunificaciones Familiares.